Su efectividad para hacer cumplir la cuarentena ha provocado que muchos pueblos creen o reorganicen sus comités ronderos.

En la zona rural de la provincia del Santa, donde las fuerzas policiales son escasas, las rondas campesinas son las encargadas de hacer cumplir la inamovilidad social para evitar los contagios de COVID-19, y su buen trabajo ha provocado que cada mes haya más.

De acuerdo al presidente de la Federación de Rondas Campesinas de la Provincia del Santa y Anexos, Esteban Horna Arias, el número de rondas campesinas ha ido en aumento durante los últimos meses de la pandemia y han pasado de ser 35 rondas al medio centenar.

“Con la pandemia se están reorganizando muchas rondas: Cascajal Alto tiene una nueva, Alto Perú  de Tambo Real también, San Carlos, Vinzos Pueblo, Lupahuari y otras más. Debemos bordear las ya 50 y tenemos más pedidos para reorganizar otras”, indicó.

Esteban Horna comentó que el aumento de rondas campesinas se debe a su efectividad para hacer cumplir la inamovilidad social dentro y en los límites de cada pueblo de la zona rural. “La policía está un momento y luego se va. El trabajo de todo el día lo realizan las rondas. Estamos las 24 horas en cada sector en coordinación con los policías”, afirmó.

Explicó que los ronderos vigilan las tranqueras colocadas en las entradas de los pueblos y si alguien no es del pueblo dan aviso a la Policía, y esa persona es impedida de ingresar o puesta en cuarentena.

Asimismo, cuando detectan a alguien desconocido dentro del pueblo, se le interviene y conduce a la casa de la familia que lo acogió y se obliga a que todos cumplan la cuarentena. “Tratamos de hacer cumplir al 100 por ciento la norma de inamovilidad”, indicó Horna.

Mencionó que, por ejemplo, Rinconada tuvo muchos casos de contagios y decesos porque la población no hacía caso a los ronderos y el control estaba liderado por la Policía. “Las rondas conocen a su población y los vecinos le tienen más respeto a las rondas. Nosotros usamos los chicotazos y eso da resultados”, apuntó.

NINGÚN CONTAGIADO

Horna Arias saludó la publicación de la Ley n.° 31021, en la que se reconoce como “héroes de batalla” a los servidores públicos fallecidos en la lucha contra la COVID-19, entre ellos a los integrantes de las rondas campesinas y comités de autodefensa.

“Nos parece un reconocimiento al trabajo que las rondas campesinas han hecho siempre, pero siempre vamos a estar insistiendo para que haya apoyo de autoridades en la labor diaria de las rondas”, declaró.

Resaltó que, sin embargo, esa norma aún no puede ser aplicada al menos en la provincia del Santa porque ningún rondero ha fallecido y tampoco se ha contagiado del nuevo coronavirus. ¿Por qué? El dirigente lo explicó: “Acá en el campo el ambiente es otro: trabajamos al aire libre; hay buen fluido de aire. Además, el protocolo por la pandemia se está cumpliendo”.

Horna hizo un doble pedido. “A la población que entienda que esto (la pandemia) va a durar y debemos cambiar nuestros hábitos. Y a las autoridades que sigan apoyando a las rondas porque somos los que estamos poniendo el pecho en esta tarea contra el COVID-19”.

(Redacción El Ferrol)


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