Programa de televisión nacional denuncia contradicciones de gobernador regional sobre ambiente UCI. Él contesta con comunicado.

Muy golpeada. Así es como quedó la imagen del Gobierno Regional de Áncash (GRA), tras emitirse anoche un reportaje periodístico en televisión nacional que expuso cuestionamientos al ambiente construido por la administración regional en el Hospital Regional Eleazar Guzmán Barrón para la atención de pacientes con la enfermedad COVID-19.

Pero la peor parte, sin embargo, la llevó el gobernador regional Juan Morillo Ulloa, quien quedó como mentiroso o, por lo menos, como un inepto.

El reportaje del programa Panorama, titulado “Áncash: Ineptitud o corrupción”, dio cuenta de un tema que ya es conocido entre los chimbotanos: el local de material prefabricado que el GRA mandó edificar en el nosocomio, como parte de un proyecto de inversión de 10 millones de soles, y que hasta este domingo seguía sin ser utilizado, a decir del Cuerpo Médico por la falta de equipos.

La pieza periodística cuestionó que se haya anunciado esa área como una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para casos de COVID-19 y ahora se diga que es solo para hospitalización de pacientes que necesitan oxígeno. Algo que los medios locales ya habían detectado y difundido.

El informe presenta declaraciones pasadas de Juan Morillo anunciado que en la nueva área habrá camas UCI y luego inserta una entrevista en la que lo niega. “Eso no es UCI; no sé de dónde sacan eso”, afirma el gobernador, negando sus propias palabras.

Lo dicho por Morillo es contradicho también por el abogado de Quimera SAC, la empresa que construyó los ambientes prefabricados, quien afirma que su representada edificó un área UCI.

El programa Panorama infiere que el cambio de discurso en el GRA se debe a que la construcción no cumple con los estándares para que funcione como una UCI y mostró un conjunto de escandalosas fallas constructivas como: una puerta que no permite el paso de las camas, habitaciones sin ventilación (no cuentan con extractor de aire), un baño con ducha sin sumidero y una red de desagüe atorada.

Incluso, aparece un supuesto perito en contrataciones públicas afirmando que la empresa Quimera no tiene experiencia en construcción de ambientes de salud.

El reportaje cierra indicando que la construcción, que en total costó más de 624 000 soles, se encuentra bajo investigación de la Fiscalía Anticorrupción, la Procuraduría y la Contraloría de la República.

GRA RESPONDE

La respuesta del (GRA) no se hizo esperar y, mediante un comunicado difundido la misma noche del domingo, indica que según el expediente técnico del proyecto denominado “Remodelación de ambiente complementario, adquisición de monitor de funciones vitales, ventilador mecánico y desfibrilador”, dicha obra (la construcción de drywall) nunca se concibió como una UCI sino un área “para hospitalizar a pacientes que necesitan manejo especializado más soporte de oxígeno”.

Precisa que, por su ubicación, se evaluó la posibilidad de que en la nueva infraestructura se implementen camas para UCI. “Sin embargo, la evaluación arquitectónica y funcional determinó que se mantenga como zona de manejo especializado más soporte de oxígeno para pacientes COVID-19, ya que no cumplía con algunas condiciones para UCI”.

El GRA refuta, además, una de las supuestas fallas constructivas y aclara que la puerta por la que no pueden desplazarse las camas es solo para uso del personal médico, pues los pacientes ingresan por la puerta principal de la construcción.

Esta mañana, en una conferencia de prensa virtual, la arquitecta Ruby Castillo Ángeles, coordinadora regional de Hospitales Seguros Frente a los Desastres, área de la Diresa, indicó que toda la edificación se basó en la norma técnica de salud n.° 110, la que no exige extractores de aire para las habitaciones. Además, dijo que el ambiente no contempla baño sino un cuarto séptico por lo que no tiene sumidero. Añadió que el desagüe atorado no es en la nueva instalación.

(Redacción El Ferrol)


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