En la invasión Nuevo Amanecer de un Nuevo Renacer, en el distrito de Chimbote, falta todo. Dos familias claman por víveres y medicinas.

En la invasión Nuevo Amanecer de un Nuevo Renacer, ubicada a espaldas del pueblo joven Tres Estrellas, en el distrito de Chimbote, la redundancia de su nombre también se aplica en las carencias de su población.

En ese pueblo de nombre esperanzador no hay agua potable, ni desagüe, ni comida, ni medicinas, ni nada de lo que se precia la civilización moderna. Solo hay personas que esperan un milagro para no contagiarse del COVID-19, pues ni siquiera pueden lavarse las manos.

Esa es la historia que nos cuenta Navez Saavedra, uno de sus pobladores, a quien encontramos repartiendo agua en grandes baldes, con una moto carguera. Él regala el agua, porque a pesar de que el recurso hídrico y la higiene son derechos humanos fundamentales, en su pueblo esos derechos son una utopía.

Navez Saavedra exigió a las autoridades municipales y provinciales apoyo con cisternas de agua y víveres para afrontar esta pandemia del COVID-19.

“No pasa ninguna cisterna. Les pediría a las autoridades que nos donen agua, que vengan con las cisternas. Acá necesitamos bastante agua, para lavarnos las manos, para bañarnos, para desinfectarnos”, exclamó.

El poblador comentó que es casi nula la ayuda que ha brindado la Municipalidad Provincial del Santa (MPS). Según dijo, esta entidad solo escoge a unos cuantos y los víveres no son entregados a quienes realmente los necesita. “Solo entregan en la parte baja (Tres Estrellas) y aquí, hasta las invasiones, no llegan”, afirmó.

FAMILIAS NECESITAN AYUDA

En Nuevo Amanecer, El Ferrol encontró dos familias vulnerables que conviven con personas discapacitadas en medio de la crisis por la pandemia del COVID-19. Ellos solicitaron a las autoridades sillas de ruedas, alimentos y medicinas.

La primera familia pertenece a Segundo Mardoqueo Chupingahua, un peón de 52 años de edad, quien llegó del departamento de San Martín, con su familia, hace tres meses a Chimbote, para buscar suerte, pero solo encontró la cuarentena por la pandemia. Él necesita una silla de ruedas, medicina y pañales talla doble XG para su menor hijo de 13 años, quien sufre de discapacidad y no se puede movilizar solo. 

“A pesar que nos ha tocado un bono, no nos alcanza. Con lo que poco que puedan apoyar, ya es grande”, comentó.

En el mismo pasaje, vive Marcela Belén Sosa, quien tiene a su madre Jesús Chuquisuta Yupanqui, de 83 años de edad, postrada en una cama, pues ha sufrido de parálisis de cuerpo y el derrame de líquido en sus rodillas.

Marcela Belén también necesita pañales talla M y una silla de rueda para su mamá. “No tengo alimentos, no tengo para sus pastillas. En esta cuarentena estamos desahuciados, no tenemos ni comedor popular ni (Comité del) Vaso de Leche. Aquí vivimos bastantes familias de bajos recursos”, puntualizó. 

Para llevar ayuda a estas familias, puede comunicarse a los números: 960 485971 o 993912732.

(Redacción El Ferrol)


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