Pobladora de Lacramarca Baja necesita apoyo para enterrar a hija y nietos asesinados.

Rufina Pérez Sopán, de 62 años de edad, vive en Lacramarca Baja, un pueblo rural de Chimbote, en la región Áncash, y quiere enterrar a su familia. Su tarea tiene dos dificultades que la tornan dramática: sus parientes muertos están en Juliaca, Puno, y sepultarlos cuesta 7000 soles.

Los familiares que Rufina quiere enterrar son su hija, Cleotilde Barrios Pérez, y sus dos nietos. Sus cuerpos fueron encontrados este último viernes en su casa, en el distrito de Caracoto, en estado de descomposición. Las autoridades policiales presumen que el asesino fue la pareja de Clotilde, quien luego se suicidó.

Pérez Sopán recibió la terrible noticia el sábado por la tarde y la tristeza se apoderó de ella. Recordó que su hija recibía maltratos de su pareja, pero ella no había querido dejarlo. Ahora, al dolor que siente se suma la angustia de no poder despedirse por última vez.

Con la foto de su hija y sus dos nietos asesinados impresos en un papel, desde la plaza de armas de Chimbote, Rufina pidió ayuda para reunir el dinero que cuestan los ataúdes y el entierro. Entre su familia y el pueblo de Lacramarca Baja han reunido solo 1000 soles.

“Estoy pidiendo justicia y apoyo para que sea sepultada mi hija que hoy la van a sacar de la morgue. En las noticias dicen que están más de 20 días muertos y por eso pedimos apoyo. Necesitamos 7000 soles para todos los gastos, así dice mi sobrina que está allá”, expresó.

DÉ SU AYUDA AQUÍ

La señora Rufina Pérez es viuda y trabaja de manera temporal en los campos agrícolas de su pueblo. Llegó hace cinco años de Huánuco y vive con otra de sus hijas. En total tuvo nueve hijos. Ella recibe donaciones en la cuenta n.° 0480309747 del Banco de la Nación.

(Redacción El Ferrol)

 

 

 

 


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