Padre Giovanny Sabogal, impulsor de la planta, indicó que aún mantiene una deuda de 40 000 soles.
La primera planta de oxígeno medicinal de Chimbote ya está funcionando. Su producción estará dirigida a los enfermos críticos de COVID-19 y en especial a las personas pobres, informó el impulsor de este logro: el padre Giovanny Sabogal Osorio.
La planta fue inaugurada este viernes 18 en una ceremonia pública transmitida por redes sociales y en la que fue notoria la ausencia de autoridades públicas, a pesar de que está ubicada en un lugar cercano: a un costado de la iglesia Los Santos Mártires, en el pueblo joven Miraflores Alto.
La producción será de 10 metros cúbicos de oxígeno por hora, es decir 24 balones de oxígeno diarios. Si bien al inicio la intención era obsequiar el gas, eso no será posible por los gastos (electricidad y tres trabajadores) y se venderá a 10 soles el metro cúbico.
El día la inauguración, el sacerdote comentó que ya había recibido seis llamadas pidiendo oxígeno.
SOLIDARIDAD
La construcción de la planta se financió en parte con los fondos conseguidos en la Oxigetón, la actividad benéfica desarrollada el 13 de julio de manera virtual. Sin embargo, la mayoría de los gastos fueron cubiertos con las donaciones de empresas y personas solidarias.
El padre Giovanny detalló que el costo tan solo de la infraestructura (el edificio donde están las máquinas) fue de 218 000 soles y la planta en sí costó 472 000 soles. Ese último monto fue asumido por las empresas pesqueras Copeinca, Tasa, Exalmar y Centinela, y las asociaciones AproFerrol y AproChimbote.
“Las autoridades no han aportado ni un sol. (…). El techo lo ha fabricado SIMA. Hidrandina nos ha dado el transformador. Respecto a la supervisión, los ingenieros no han cobrado ni un sol. Esta planta tiene un costo de más de medio millón de soles, pero gracias a donaciones hemos gastado menos”, indicó.
El sacerdote precisó que la Oxigetón recaudó 216 000 soles, de los cuales 107 000 soles fueron usados en la construcción de planta y el resto para comprar 30 balones de oxígeno, protectores faciales, entre otros equipos de salud.
DEUDA PENDIENTE
A pesar de las donaciones, aún hay cuentas por pagar. “Tenemos una deuda de 40 000 soles, pero yo siempre he dicho que la palabra se respeta. Había dicho que sí o sí debíamos tener una planta, pero eso (la deuda) poco a poco se recuperará en actividades”, manifestó Sabogal.
(Redacción El Ferrol)