Autoridades de la provincia del Santa y la región Áncash acordaron intensificar la fiscalización minera en la subcuenca Tablachaca, con el fin de evitar la contaminación del río Santa con desechos mineros, como se detectó el 6 de agosto de este año.
Para incrementar la fiscalización se pondrá en marcha una oficina de enlace de la Dirección Regional de Minería en la Gerencia Subregional El Pacífico (Nuevo Chimbote). Además, se adquirirán vehículos para realizar inspecciones más eficaces y se coordinarán acciones con la Superintendencia Nacional de Registros Públicos para regular el comercio de insumos químicos.
En cuanto a la calidad del agua, las autoridades informaron que se han gestionado inversiones clave, como en el desarenador La Huaca (del Proyecto Especial Chinecas), y se trabaja con gobiernos locales para encontrar fuentes alternativas de agua. La Autoridad Nacional del Agua continuará con los monitoreos en 2025, pese a dificultades geográficas.
Por su parte, la Dirección Regional de Salud presentó un plan de intervención con un presupuesto de medio millón de soles para detectar metales pesados en la población. Además, se gestionan medidas en el ámbito nacional para declarar en emergencia la situación del río Santa.
Los acuerdos son fruto de la tercera sesión de la Mesa de Trabajo por la Contaminación del río Santa, realizada en la Gerencia Subregional El Pacífico y encabezada por el Gobierno Regional de Áncash. Participaron representantes de la sociedad civil, la Defensoría del Pueblo, los gobiernos locales y los sectores Salud y Agrario.
La próxima sesión de la mesa será el 15 de enero de 2025, de manera virtual, continuando con el seguimiento de los avances.
CINCO MESES SIN SOLUCIÓN
El 6 de agosto se reportó la contaminación del río Santa, a través de su afluente, el río Tablachaca, que había recibido desechos de una mina ubicada en el distrito de Pampas, provincia de Pallasca. Los proyectos Chinecas y Chavimochic cerraron sus bocatomas esa noche y las abrieron dos días después solo para uso agrícola.
Posteriormente, la empresa de agua potable Sedachimbote garantizó el servicio para consumo humano, gracias a sus procesos de filtrado. Sin embargo, los más de 60 pueblos rurales de Chimbote, que toman agua directamente del río Santa o de los canales de riego, siguen consumiendo agua presencia de metales pesados superior a los límites máximos permisibles.
(Redacción: Jorge Curibanco R.)