Sequía extrema de 2020 provocó pérdidas de hasta 70 % y la historia podría repetirse este año.
El auge económico que tiene el distrito de Moro y parte de la Cuenca del Valle de Nepeña, en la región Áncash, podría truncarse debido a la falta de agua para mantener los cultivos de palta y mango que este año generaron más de 80 millones de dólares en exportación. Si bien el 2021 fue muy auspicioso, la sequía extrema de 2020 provocó que en algunos sectores se generen pérdidas de hasta un 70 % en la producción de palta.
La palta es un cultivo que necesita abundante agua y por cada hectárea se requiere de unos 40 litros por segundo para un riego semanal. La frontera agrícola de ese frutal ya supera las 2000 hectáreas en la parte baja y alta del valle, y cada año aumenta el número de productores que se inclinan por ese cultivo debido a su buen precio.
"Si desde ahora no se soluciona el problema del agua el futuro podría ser muy crítico. Es importante que el Gobierno Regional de Áncash, en coordinación con autoridades locales, ejecute obras de represamiento de agua en la parte alta de la cuenca. Se debe actuar de inmediato", puntualiza el director ejecutivo del Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir), Juan Cerna.
Otras tareas importantes, apuntó, son la masificación del riego tecnificado y el desarrollo de proyectos de reforestación en la zona alta del valle.
Juan Cerna advierte que incluso se podría generar un conflicto entre productores de la parte baja y alta del valle por la disputa del agua para regar los cultivos. Además, en la zona alta de la subcuenca del río Loco los pequeños productores se han inclinado por otros cultivos más rentables como el holantao, pero que requieren de gran cantidad de agua.
La cuenca del valle de Nepeña tiene una frontera agrícola de 18 000 hectáreas, de las cuales 2000 son de producción de palta y cerca de 1000 hectáreas de mango de exportación. La Junta de Usuarios del Sector Hidráulico Nepeña registra que anualmente todo el valle almacena 150 millones de metros cúbicos de agua, sin embargo, durante 2020 la dotación más baja de agua fue en noviembre con apenas 15 millones de metros cúbicos. Por eso la urgencia de hacer realidad obras de almacenamiento de agua para proteger la agricultura y la economía de cientos de familia.
(Redacción El Ferrol)