La transformación agraria del Perú – Agro 4.0
Ing. Rómulo Antúnez
Especialista en Gestión de Recursos Hídricos
Que 2.2 millones de productores de la agricultura familiar hayan sido relegados de la política agraria del Perú en los últimos 30 años y el 87 % de ellos se encuentre en subsistencia, así como que el Perú es una potencia mundial con presencia de sus productos agrarios en los mercados más exigentes del planeta, con un empresariado agroexportador pujante, forma parte de la realidad que marca el momento de plantear una TRANSFORMACIÓN AGRARIA (SRA).
Múltiples gremios agrarios y plataformas de organizaciones han planteado proyectos de ley para la TRANSFORMACIÓN AGRARIA en el Perú, para derribar ese muro invisible que separa al productor de agricultura familiar del mediano o gran empresario agrario o agroexportador, producto de la ruptura sucedida en la reforma agraria de Velasco, con la expropiación de tierras de hacendados, a favor de los campesinos; un hecho que destruyó la agricultura e instaló en el imaginario nacional que el gamonal o “rico” fue enemigo de los pobres, lo que explica que hoy muchos crean que los agroexportadores son los enemigos, un pensamiento que es necesario derribar si queremos construir una agricultura moderna que asegure la alimentación de los peruanos y venda alimentos a los mercados del mundo.
No podemos negar que la agricultura nacional se encuentra en el olvido absoluto, especialmente la pequeña agricultura familiar. Requerimos reconocer que existe un consenso generalizado en la necesidad de una reforma, una revolución o una transformación, y al respecto en años recientes se han discutido e implementado medidas iniciales desde el Ministerio de Desarrollo Agrario y de Riego (Midagri). También en los gremios agrarios nacionales y en la Comisión Agraria del Congreso se discuten leyes específicas y generales para la TRANSFORMACIÓN AGRARIA (SRA). Sin embargo, se requiere de consenso nacional dentro de la sociedad agraria y la sociedad peruana.
Esta reforma, revolución o transformación debe consistir en implementar profundos cambios necesarios a nivel de la estructura orgánica y funcional del Midagri, que ha abandonado su rol promotor, rector y de soporte del agricultor familiar y de agroexportación, convirtiéndose en una de las instancias más burocráticas, centralizadas y con serios signos de corrupción. Urge que este ministerio cambie para que pase a ser el sector más descentralizado, con capacidades técnicas de mejor nivel y presupuesto para garantizar la seguridad de acceso al agua de riego, implementando acciones de almacenamiento, retención, regulación de agua así como la gestión del agua de lluvia a través de recuperación, manejo sostenible y conservación de ecosistemas hídricos que logren contener o atenuar los efectos del cambio climático, lo que sumado al uso eficiente del agua a nivel parcelario tecnificando masivamente del riego, debería ser lo que la TRANSFORMACION AGRARIA muestre como resultado.
La producción agrícola, pecuaria y forestal requiere otras transformaciones, especialmente la masificación y el desarrollo de la tecnología desde la siembra, el manejo agronómico, la aplicación de insumos, el manejo ganadero, la alimentación de los ganados, la inseminación, la cosecha, el tratamiento post cosecha, el acopio, el procesamiento y la industrialización, debiendo garantizar el incremento de la productividad y el rendimiento por unidad de área, haciendo que el productor sea más competitivo no sólo por la calidad y la cantidad de su producción, sino en su diversidad y producción escalonada a contra estación, para cubrir la necesidad de los mercados locales, nacionales y mundiales existentes y siempre con ciertas variaciones.
La TRANSFORMACIÓN AGRARIA requerida no puede limitarse sólo a garantizar el acceso al agua y masificar y desarrollar tecnología para el proceso productivo; también es necesario acercar el productor al consumidor, desarrollando mercados campesinos y agrarios, no solo para que el alimento sea el accesible a los productores, sino sea a la vez mucho más rentable y que el productor agrario desarrolle mejores condiciones de capitalización, y el consumidor final acceda a productos frescos o procesados a menor costo, cosa que no sucede por la intermediación de varios eslabones de comerciantes que reducen el precio al productor y multiplica el valor final del producto que llega al consumidor.
También es necesario desarrollar un sistema financiero agrario predecible y adecuado al perfil del productor, de acuerdo a su capacidad y con incidencia de su rol subsidiario, orientando la cantidad y la calidad de inversión pública suficiente en infraestructura agraria e hidráulica que mejore la productividad y la competitividad, especialmente relacionada a la agricultura familiar. Asimismo, se deben desarrollar más servicios rurales, como carreteras, electrificación, acceso al internet, entre otros, concentrados en ciudades rurales, que deben ser complementados con financiamiento privado de acuerdo a las características del producto, el productor y el mercado, pues hasta ahora los intentos por implementar un sistema financiero comercial y empresarial, adaptado al agro, no ha logrado tener resultados favorables.
En resumen, la TRANSFORMACIÓN AGRARIA significa la unidad de agroperuana para garantizar la alimentación de los peruanos y mejorar la presencia de nuestros productos en el mercado mundial. Para ello, es necesario implementar inversión pública considerable y de impacto, orientada a la retención y regulación del agua de lluvia con infraestructura gris y verde, así como para garantizar la eficiencia en el uso del agua y la tecnificación del riego parcelario; desarrollar la tecnología para el proceso de producción pecuario, agrícola y forestal, mejorando su rendimiento y productividad, para lo que se tendrá que desarrollar procesos modernos de acopio, procesamiento e industrialización que deben llegar al mercado, acercando el productor al consumidor final a través de los mercados locales (campesinos y agrarios); y seguir fortaleciendo el comercio mundial agroexportador, acompañado de un sistema financiero agrario privado y público, así como de un proceso de fortalecimiento de la asociatividad empresarial y cooperativa que sostenga la productividad y la competitividad de los productores de la agricultura familiar.
Áncash, 17 de junio 2024